Algo en lugar de Alguien

mayo 12, 2017



            II

  Desmembradas e 

  Inconexas
  la otredad combaten
  no dejándose

  Ser

Para el conocimiento propio del ser es indispensable el estado de la conciencia en el que busca conocerse a si misma a través de conocimiento del mundo; que se extraña a si misma y es temporalmente arrancada de su interioridad al presentarse un alterno a ella. La única manera de unificar nuevamente la conciencia es incluyendo a esta alteridad. Para autentificar la existencia propia hay que tener conciencia plena de que el sentido de mi existencia estará siempre interpelado por la presencia de otros sujetos, y siempre a merced de mi propia muerte. Básicamente este es el principio de doble finitud existencial que Arnsperger plantea en su ''Crítica de la existencia capitalista'', habiendo visto en las clases como muchas veces el retrato del otro está ligado a la muerte o la extinción de una determinada cultura, me ayudó entender un poco más este concepto que había leído con anterioridad. Enfrentarse a esta condición existencial de doble finitud es para mi una de las barreras a saltar para alcanzar la autenticidad del ser, y aún más importante en el artista, de la obra. El llamado ''otro'' entonces deja de ser un ente ajeno y se torna un elemento constitutivo de cada uno, de una forma ambigua, en cierto modo a través del proceso de identificación en cuanto a la noción de muerte como algo inherente a la humanidad y a lo que tanto uno como el otro se encuentran sometidos. Y por otro lado, todo lo contrario, negando al máximo esta identificación en una polarización de los sujetos, detectando aquello que nos transforma en una gran masa diversa, opuesta y entrecruzada. En cualquiera de los casos es siempre el carácter lo que impera, aquello que produce algún tipo de movimiento en el interior de la conciencia propia al encontrarse con otro, y es habiendo captado esa esencia que entonces se puede generar la sustitución, esa de la que hablamos al decir: poner algo en lugar de alguien.
Hablando ahora de mi experiencia propia en el proceso de este proyecto n2 en el que trabajo con Lucía Ciruelos, la persona a retratar es Jorge, conocido de la familia de Lucía. Esto significa que no lo conocía a la hora de retratarlo. Creo más que nada que en esta primera instancia la herramienta clave que tenemos es la observación, fuimos a su casa por lo que en cierto modo se invirtió esta idea de otro, de pronto la ''otra'' era yo. Estaba inmersa en su mundo, lo cual me ayudo bastante a detectar de primera mano algunas vetas de su personalidad. En ese mundo abundaba la vida incluso en un modo redundante, un gran balcón lleno de plantas, obras talladas que simbolizan la concepción, o el amor de madre a hijo, la presencia de incontables objetos que trajo de viaje. Ningún elemento estaba dispuesto al azar ni tampoco estaba atiborrado el espacio, ese lugar parecía una disposición perfectamente acomodada de pequeños pedacitos de su vida, su legado. Después de charlar un rato nos comento que esas figuras talladas las había hecho él y nos mostró su taller donde comienza un nuevo proyecto, decidí entonces que ese era el espacio en el que lo quería retratar por lo menos esta primera vez, ya que ese factor: el amor a la creación,a la vida, había sido uno de mis primeros hallazgos sobre el. Trabajé con una cámara analógica de 35 mm.






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